¿COMO  SE DETECTA LA PRESENCIA DE PARÁSITOS EN EL ORGANISMO?

Actualmente, los métodos de diagnóstico usados tanto en la medicina convencional como en la biología son incapaces de detectar la mayoría de infecciones parasitarias, por lo que en muchas ocasiones la verdadera causa de las enfermedades pasa desapercibida.

No podemos seguir creyendo que un parásito típicamente digestivo no pueda habitar en otra parte del organismo. La experiencia nos demuestra que estos patógenos pueden desarrollarse en otros lugares: en el cerebro, en los ojos, en los riñones, en los bronquios, en el hígado, en los conductos biliares, en los músculos, en las venas…

Si es verdad que cada patógeno tiene preferencia en invadir ciertos órganos y parasita a determinadas especies. Esto no es siempre así. Muchos parásitos considerados exclusivo del ganado, de los perros o las ratas han demostrado ser transmisibles al hombre.

Todas estas afirmaciones no son frutos de conjeturas o especulaciones, sino de conclusiones obtenidas mediante métodos de diagnóstico como la microscopia de campo oscuro, el “Sincrómetro” de la Dra. Hulda Clark  y otros… Dichos métodos no gozan de reconocimiento oficial pero, sin lugar a dudas, son muy superiores a los métodos convencionales y han abierto un nuevo camino a los terapeutas e investigadores.

El único inconveniente de usar estos métodos es que requieren de muchas horas de práctica para el que pretenda dominarlos. Y desde luego, el más preciso de todos ellos es el “Sincrómetro” creado por la Dra. Hulda Clark, ya que con él podemos detectar cualquier patógeno en cualquier lugar del organismo con una precisión que supera los niveles de detección de los métodos analíticos convencionales. Gracias al sincrómetro, la Dra. Hulda Clark pudo realizar sus revolucionarias investigaciones y desarrollar esta maravillosa terapia.

Los métodos convencionales basados en la detección de huevos o parásitos en heces, cultivos de la materia fecal o serología (presencia de anticuerpos en sangre) son notoriamente insuficientes y no dan una visión real de lo que verdaderamente sucede en nuestro organismo.

La Dra. Huldan Clark descubrió que cada patógeno vibra con una frecuencia exclusiva y éstas pueden ser detectables en cualquier órgano de nuestro cuerpo porque esas frecuencias están grabadas en nuestra saliva.

Por ejemplo: el Ascaris vibra entre 403,85 y 409,7 Khz, el Clonorchis Sinensis entre 425,7 y 428,75 Khz, el Herpes Simple 1 entre 291,35 y 293,05 Khz, etc…

Los patógenos tienen sus lugares favoritos para vivir:

–         La Dirofilaria (parásito cardíaco del perro) prefiere el corazón humano.

–         El Ascaris prefiere el sistema digestivo.

Pero en realidad, cualquier parásito puede encontrarse en cualquier órgano, especialmente si está contaminado con solventes, metales y otros tóxicos.

En la Terapia Clark se utiliza una pequeña muestra de saliva para detectar la presencia de cualquier patógeno existente en el organismo o en un órgano en particular. Para ello utilizamos el “Sincrómetro” que busca las frecuencias emitidas por los patógenos y que están grabadas en la muestra de saliva. Con este aparato también podemos precisar en qué órgano o célula se encuentra el patógeno detectado.

La Dra. Hulda Clark buscó durante años los patógenos y los tóxicos causantes de cada enfermedad, desarrollando un protocolo de actuación para cada una de ellas; aunque siempre hemos de tener en cuenta que no hay enfermedades sino enfermos y que cada caso es particular, lo cierto es que con unos pocos remedios naturales logramos acabar con la casi totalidad de los parásitos causantes de la mayoría de las enfermedades.

La Terapia Clark tiene otro punto a su favor y es que con pocos suplementos puede tratar la casi totalidad de patógenos existentes, porque estos cubren un amplio espectro de actuación y por tanto la mayoría de las veces ni siquiera es necesario conocer qué parásitos en concreto están infectando a la persona, pues con cisteína, coenzima Q10 (400mg), aceite de oliva ozonizado y Tintura de Nogal somos capaces de exterminar a más de 200 tipos de parásitos diferentes.

La Dra. Hulda Clark decía irónicamente que dado que la medicina convencional usa distintos antibióticos para cada parásito a combatir (tricloroetano, tetracloruro de carbono, organoclorados, albendazol…) y todos son tóxicos, las personas muy parasitadas morirían antes intoxicadas por el gran bombardeo farmacológico, que por los parásitos.

También hay que tener en cuenta que al desparasitar, el exterminar una gran cantidad de patógenos, los cadáveres pueden sobrecargar el sistema digestivo.  Por ello, todo tratamiento antiparasitario deberá ser también depurativo, de ahí que en la Terapia Clark siempre es preferible hacer la limpieza renal e intestinal previamente. Una vez hecha la desparasitación,  se realizará la limpieza hepática.